La ciudad se benefició durante el año 2023 con el ingreso masivo de compradores uruguayos, quienes aprovechaban la diferencia cambiaria. Pero ya se observa una merma de esta concurrencia, al hacerse más cara la Argentina para los extranjeros.
Desde marzo de 2022, en que se produjo la reapertura de las fronteras con la República Oriental del Uruguay (ROU) -que habían estado cerradas por cuestiones sanitarias asociadas al Covid-, los uruguayos empezaron a cruzar masivamente para este lado, incentivados por la diferencia cambiaria.
Las ciudades entrerrianas ribereñas como Gualeguaychú, Colón y Concordia empezaron desde entonces a beneficiarse directamente de esta afluencia. Un efecto reactivante, sobre todo para el comercio y el rubro turismo de estas localidades.
En el caso doméstico, el mundo mercantil ha venido experimentando una suerte de “primavera” por la inyección económica de los orientales, que vino a compensar los efectos negativos de la pandemia y en el último tiempo por caídas en las ventas asociadas a la alta inflación.
Así, para miles de uruguayos se convirtió en costumbre arribar a la “Capital del Carnaval” para comprar productos de aseo, medicamentos, alimentos, neumáticos, indumentaria o combustible, entre otros bienes.
La llamada “brecha de precios” fue esta vez beneficiosa para el comerciante local, que halló una tabla de salvación económica, aprovechando la condición fronteriza de Gualeguaychú.
El cálculo de este indicador lo viene haciendo desde hace tiempo la Universidad Católica del Uruguay. Sus registros han venido mostrando una evolución impactante.
Por ejemplo, en septiembre de 2021 había llegado hasta 123,5% y luego alcanzó el pico en julio de 2022 (174%) que fue superado en septiembre de 2023 (180%).
El fenómeno se profundizó por distintos factores convergentes. En primer lugar, la vigencia del programa “Precios Justos” implicó productos más baratos, si se los encontraba en las góndolas.
Así, un programa destinado a paliar parte de los efectos de la inflación en los bolsillos de los argentinos terminó actuando de subsidio a consumidores de otros países. En segundo lugar, algunos productos de consumo masivo eran importados al dólar oficial, que estaba artificialmente bajo.
El tercer factor en juego fueron los combustibles, cuyo valor en Argentina estuvo durante mucho tiempo entre los más baratos en dólares de la región, ajustándose habitualmente por debajo de la inflación promedio.
Pues bien, este cuadro empezó a cambiar abruptamente en las últimas semanas.
Un informe de la Universidad Católica del Uruguay destaca que en octubre ya comenzó a achicarse la diferencia de precios y, tras la asunción de Javier Milei, el proceso se acentuó.
El Indicador de Precios Fronterizos, que elabora el Observatorio Económico de esa casa de estudios, muestra que la brecha ya se había reducido un 13% en comparación al mes anterior, cuando había llegado a su máximo valor desde 2015, el año en el que comenzó la medición.
Aunque el relevamiento se realizó previo a la última devaluación oficial del peso argentino y no recoge la disparada de precios que se registraron en las últimas semanas, el informe del Observatorio Económico de la UCU destaca que, tras la asunción de Javier Milei, “se espera que la brecha de precios siga un camino de reducción”.
Indicador significativo
La nafta ha sido en gran medida el disparador para alentar el cruce de uruguayos en todo este tiempo. El punto es que con el último aumento del precio de la nafta en Argentina -del orden del 27%- se han estrechado aún más las diferencias entre los valores en una y otra orilla del río Uruguay
Según reporta el diario El Telégrafo (ROU), con los nuevos valores ya prácticamente el combustible argentino se encuentra al mismo precio que en Paysandú. Y esto ha significado un repunte en las ventas de las estaciones de servicio en las ciudades uruguayas de frontera.
Según informó el medio especializado uruguayo Surtidores -que recoge la opinión de estacioneros- la venta de combustible en las ciudades fronterizas con Argentina creció casi un 30% en las últimas tres semanas.
Hay que pensar que, hasta antes de los bruscos aumentos, en Argentina muchos uruguayos hacían diferencia en este rubro. Con lo que podían ahorrar llenando el tanque en Argentina, mejoraban ostensiblemente su poder de compra.
Menos uruguayos
Desde el Centro de Defensa Comercial de Gualeguaychú (CDCI) reconocieron que “ya no vienen tantos uruguayos como antes”, por el cambio de los precios relativos tras la última devaluación, aunque aclararon que esto no significa una ausencia total del visitante de esa nacionalidad.
Los directivos de la entidad, Rafael Vela (presidente) y Federico Laderach (secretario), dijeron que efectivamente ya no se observa, como en los meses anteriores, la presencia masiva de compradores orientales, haciéndose frenéticamente de bienes y servicios en negocios locales.
En este sentido, explicaron que esto ya está impactando negativamente en las ventas del comercio local, que, si hasta acá podía compensar por esta vía el menor poder adquisitivo doméstico, ahora no tendrá este aliciente de ingresos.
Sin embargo, los entrevistados matizaron sus apreciaciones. “No decimos que no vayan a seguir viniendo, porque Gualeguaychú les atrae particularmente. Sólo que esa presencia no será masiva como antes, porque los costos han cambiado para ellos”, aclararon en relación al turista oriental.
Desde el punto de vista macroeconómico, la disparada de precios de productos y servicios en Argentina, acicateada por la devaluación del 50% en diciembre, a lo que se suma la desaparición de los esquemas de precios subsidiados, produjo un encarecimiento para el bolsillo no sólo de los argentinos sino también de los extranjeros.
Hay que pensar que en noviembre la inflación fue de 12,8% mientras que en diciembre se situaría en torno al 30%, con tendencia al 20% en enero.
En principio el gobierno de Milei no reproduciría el esquema anterior de precios internos de bienes y servicios muy rezagados respecto del dólar blue, toda vez que seguiría la tesitura liberal de hacer que dichos precios se aproximen a los valores internacionales.
Fue justamente dicha brecha la que alentó en el último tiempo la entrada masiva de compradores desde los países limítrofes y la práctica del contrabando (había incentivos económicos para burlar los controles aduaneros).
La diferencia entre los precios internos y el dólar blue hizo que los uruguayos prefirieran conducir varios kilómetros para gastar su dinero en ciudades fronterizas entrerrianas como Concordia, Colón o Gualeguaychú.
Ahora la coyuntura es otra por el abrupto cambio en los precios relativos producido en Argentina. Como sea, desde el Centro de Defensa Comercial local no son tan terminantes con respecto a la retracción en la llegada de turistas uruguayos.
“Viene menos que antes, esto es un hecho. Pero Gualeguaychú sigue siendo para ellos ventajoso en materia de precios en algunos rubros, como servicios técnicos al automotor o servicios médicos, entre otros. Además, ha habido un descubrimiento de la ciudad para muchos uruguayos, que ven a Gualeguaychú como una plaza turística atractiva por su sofisticada oferta”, explicó a este medio los directivos.
Vale destacar, por último, el impacto positivo que ha tenido para la economía doméstica la presencia de este turismo fronterizo, cuyo gasto ha logrado mantener con vida a los sectores comercial y turístico de la ciudad.
El empresario Felipe Tommasi, por caso, ha dicho a este medio que si el sector turístico local puede encarar con expectativa la presente temporada veraniega, esto es posible, entre otras razones, porque durante buena parte de 2023 los uruguayos ingresaron divisas a hoteles, bungalows y restaurantes.
“Siempre pasaba que Gualeguaychú explotaba en verano y se caía mucho en el resto del año, sacando los fines de semana largos. Esta vez fue diferente por los uruguayos”, reconoció al explicar que el ingreso de este visitante durante todo el año ha sostenido al sector, que ahora enfrenta con más solvencia los desafiantes meses de enero y febrero.
Fuente: Ahora El Día